viernes, 6 de agosto de 2010

Martes, Venus y el Tercer Lugar

Hoy te tengo. Sí, en cada parte de mi te tengo y desde afuera también te tengo.
¡Como esperé este momento! El momento de sentirte y sentir que me sientes. El momento de ser mirado y mirar sabiendo que saben que estoy mirando con esa profundidad tal como los rincones más oscuros del gran océano, y que resuena en el fondo el simple sonido del amor. Porque es eso. Sí, no lo dudo, eso es lo que tengo, y lo que te ofresco.

A veces de forma rara; uno puede amar de forma rara. No se bien como definir en los dos polos que creo que existen del amor. Martes y Venus. Martes, ahí, tan rojo, tan apasionado, pero tan violento a veces, tan inestable también, tan fugaz otras, tan masoquista, tan sádico. Sí, martes, oh Martes, tu puedes mucho, y puedes llevar al ser humano a recorrer inagotables días de placer, pero tal vez, después, sea la nada. La nada entrópica de la pregunta eterna del por qué.
Venus, ahí, tan clara, tan tranquila, pero a veces tan sincera que puede recorrer los límites de la crueldad, de la frialdad, pero tan apasionada como cálida, como compañera, como amante, como una caricia de esas que suelo hacerte en la espalda cuando el acto del amor más puro es realizado.
Y nosotros ahí, sin encontrar alguno de los dos.

Pienso que está bien, ninguno de los dos es propiamente bueno, ni malo. Pero hemos sabido desde el principio tomar cosas buenas de los dos, y también algunas malas. Ya será momento de eliminar las malas, porque nos hacen tambalear, nos hacer retroceder, y nos llenan del orgullo más ingrato por no ver las deficiencias de ambos planetas en nuestro ser.

Será el momento hace días, porque ya es el momento. Pienso en que te tengo, sí, te tengo. Y te amo. Y no hay orgullo para eso, no hay ingratitud para eso, no hay enojo eterno para eso.
Una vez me dijeron, que cuando uno ama a alguien, todo lo demás se puede solucionar, siempre y cuando también te amen. Y sé que eso sentís por mi. Amor.

Veo el cielo, y me desprendo de mi, parezco volar, y siento cosquilleo en mi estómago, porque se que eso nunca me ha pasado, y solo ocurre ahora en que tu presencia se hace carne, en que tu alma me abraza, en que tu cuerpo me toca. Siento que lo que siempre quise es realidad, y no hay felicidad más grande que saber que esa realidad es contigo. Te amo.

Por siempre.

jueves, 27 de mayo de 2010

Sueños


Hoy te extraño. Sí, te extraño a pesar que nunca te tuve, es más, ni siquiera sé si existes. Que loco eso de añorar algo de tal forma como si hubiera existido en algún momento, y en realidad es solo una visión, una ilusión de lo que creemos que debe ser. Pues siento que extraño cosas que no he tenido, como un abrazo real, un beso real, un simple "te quiero" o "me interesas", pero dicho de esa forma destinada a estar perpetua en un sin fin de tiempo, mirando a los ojos del otro, sintiendo que el corazón se abre a lo que "puede llegar a ser", o a lo que "sé que puede ser". Y sí, te extraño, extraño todo eso.

¿Cómo extrañar algo que nunca se tuvo? A veces me pregunto si no estaré extrañando a aquella persona que estaba en alguna de mis vidas pasadas (que hasta ahora creo que fueron tres). Y me pregunto si acaso las vidas pasadas son destinadas (con la suposición lógica de que la primera no), y no estaré a la búsqueda de aquello que me hizo feliz en algún remoto pasado que no recuerdo (si es que existió).

Es que deseo, añoro, quiero, pasar por momentos en que la vida de uno se viva para uno pero deje de quedar solo ahí, pues somos seres humanos y por ende necesitamos del compartir. Seres que difícilmente soportan la soledad (excepto un par de especímenes). Y quisiera saber eso, si no es acaso un añoramiento de lo que se vivió en algún pasado remoto.

Por otro lado, puede ser que no sea eso, sino que sea la necesidad de vivir algo que se "cree que es así", de esa forma mágica y utópica que uno sueña, y donde todo es felicidad rodeando el espectáculo de caricias, besos, y amor desenfrenado al público. Porque eso es lo que quiero. Quiero besar, quiero abrazar, quiero mirar a alguien a los ojos y poder decirle que lo que siento hacia él es algo que nunca sentí. Y quiero ser mirado, ser abrazado, ser visto de la misma manera.

A veces extraño eso, y sin embargo nunca, pero NUNCA he podido vivir eso. ¿Qué extrañaré entonces?. Tal vez "extrañar" no sea la palabra, sino que la palabra sea "querer". Y tal vez sería menos confundible a mi cerebro, que de por sí ya está confundido, perdido entre la entropía de la incertidumbre y la utopía del sueño "perfecto", decir "a veces quiero eso", a decir "a veces extraño eso", decir que "quiero cosas que no he tenido" a decir "extraño cosas que no he tenido".

Pero es que, tal vez estoy cansado de "querer", de "desear" (sinónimo, ¿no?), pues siempre se queda ahí, en que es algo que se proyecta, pero no se tiene. Decir que extraño es mentirme a mi mismo para consolar el drama de soledad perpetua que ha invadido mi ser, y que de manera asombrosa, no puedo revertir.

Ya llegarás, y si no es así, tal vez en mis vidas pasadas nunca estuviste, y será por eso. O tal vez no reencarnaste en la misma época que yo. Triste final para una vida que vale en muchas cosas, pero que se siente vacía en torno a aquello que ya los griegos sabían era el drama del hombre (ser humano , ¿no?), dígase, el AMOR.

martes, 25 de mayo de 2010

Uno


A veces me pregunto por qué es tan difícil creen en uno mismo. Si claro, hablo de mi persona. ¿Le pasará a todo el mundo? Quién sabe, ¿no?.

Pero en lo que respecta a mi mismo, sí lo sé. Y a veces siento como un espiral vacío de sentido gira hacia a mi, llenándome de la nada absoluta, más que de contenido real. Porque hay cosas, pensamientos, en mi cabeza, pero no son los mejores. Durante un momento me olvido, se van, se esfuman, se ocultan tras miles de cosas y hechos que llenan mi vida de energía que tal vez es positiva, pero que al menos no me deprime, pero después, oh dios! ese después!, mi mente divaga por tratar de recobrar aquello que se supone que es el autoestima.

Y ahí vuelven las ganas de romper espejos. Y las ganas de sentirme bajo. En parte es algo de masoquismo. Lo sé. Se está bien, y de golpe se está mal. ¿Acaso buscaré estar mal?. No lo sé, pero en el fondo siento que sí. Sucede cada vez que me preguntan como he estado con "ese tema". Y siempre es lo mismo...."bieeeeeeeeeeeeennnnnnnnnnnn, que se yo". Retorna en ese momento el sentimiento de inferioridad que crece en mi mente respecto a lo que soy por fuera.

Hay maldita belleza. Maldita seas. Sí, eres maldita, porque se que en mi no existes. Sé que hay muchas formas de concebirte, y no tengo dudas de que tal vez en mi interior, en aquello que se llama personalidad, existas. Pero en lo externo, en lo que se ve diariamente, dudo.

Y ahí vuelven las ganas de romper espejos. Y desearía nunca haber sufrido los gritos de la niñez, las burlas de la adolescencia temprana, y los rechazos de la adolescencia tardía. Tal vez así, en mi plena juventud, ahora, no estaría pasando por lo que paso. No me vería como el ultimo eslabón de una cadena de va de lo bello a lo feo.

Ya pasará. Creo. O al menos quiero creer eso.

martes, 4 de mayo de 2010

Mirrors


Tengo ganas de romper un espejo. Sí, maldito invento destinado a producir control social sobre la belleza que todos sabemos que es relativa, y, sin embargo, hay un patrón. Patrón en el cual yo no entro. ¡Abrir los ojos Jerusalem! Que yo no entro en nada.

Los recuerdos de la infancia invaden aquello que mi corazón siente como rechazo, y sin embargo están ahí. Malditos. Los toallones cubrían cada lugar de los reflejos, porque sabía que era así, esa realidad que muchos me habían hecho conocer con cada burla, con cada golpe, con cada estigma simbólico sobre mi cuerpo y mente. Mi mente, atrapada en la nada, atrapada en la oscuridad del deseo de no haber existido, del deseo de no estar pasando por esto.

Siempre pensé que las vidas pasadas existían, y sí oh!, lo sigo creyendo. Pero son, por antonomasia, lo opuesto a la actual. ¡Qué bello debo haber sido en algún momento para vivir esto ahora!. Y sin embargo estoy aquí, sin poder darle fin al sufrimiento creado por años de estigma y una cabeza que no puede olvidar todas las burlas y los puñales que lentamente desangraron hasta la muerte aquello que algunas personas llaman autoestima(si es que existe).

Pero seguiré, porque no hay otra. No creo en los fines provocados. Y aquí me tiene el mundo, entristecido por la nostalgia de un pasado, que es probable ya no exista, pero que aún mi cabeza insiste en mostrar, disfrazando miles de etapas distintas a las que sucumben por la depresión.

jueves, 22 de abril de 2010

Donde


Hay momentos en que el frío se expande. No, no es ese frío del llamado "tiempo" o "clima", a pesar que tiende a hacerme sentir así. ¿Cómo? Como si el frío de la soledad se expandiera por mi cuerpo.

Siento las ansias de poder abrazarte en algún momento, de poder combatir esa inexistencia entrópica que cubre lo que no quiero que exista. Ese punto en donde se da un juego de soledad y tristeza. Como me gustaría combatir el frío que cubre mi cuerpo, como me gustaría compartir los momentos de ser feliz, como me gustaría llegar a encontrarte, a amarte. Y sin embargo debo aceptar que desear no es poder, porque no puedo tenerte.

¿Por qué no puedo encontrarte? ¿Por qué no puedo llegar a crecer con vos? ¿A compartir cosas?.

Y aquí siento el vacío que cubre mi ser, que eleva sus heladas e hirientes caricias para pasar por el rostro de mi alma, que aún desea ser besada, acariciada, tomada en cuenta. Es ese vacío, que recorre mi mente en este momento, el que me inhibe a lograr el anhelado sueño de poder sentirte a mi lado, con tu piel rosándome, con tus labios encima de los míos. Y me llena de dolor no poder sentir como mis labios mueren en los tuyos, y como mis caricias tienen al fin algún sentido, como mis sonrisas tienen un fin, como mi amor tiene destino.

Pero sigo esperando, entre lágrimas y algunas felicidades que solo se dan en otro ámbito, menos el del amor. Porque tu no estás, y, lamentablemente, creo que así seguirá. Triste destino de mi alma el vivir la soledad, y triste destino mio si llegara a ser para siempre.

sábado, 13 de febrero de 2010

Volver


¿Como seguir cuando uno vuelve a caer?. Tantas veces se cae, que al final uno ya se desanima, y sí, no se anima a nada más. Origen de todas las entrópicas desconfianzas de los corazones humanos. Cronopio alto del ser.

Ya no me pregunto el porque todos son iguales, porque no es así. Me demostraste que no eres como el resto de las personas, pero...¿Por qué cometen todos los mismos errores?. Debe ser que uno, con sus características de personalidad, siempre atrae a la gente que se equivoca de la misma forma. Divina desgracia del caer una y otra vez.

Una y otra vez. Una y otra vez.

Me desespero mirando en que momento me escribes, porque ahora resulta ser que tras el error el equivocado soy yo, y el ofendido eres vos. ¡¡Que reino del revés que se cierne sobre mi!! Divina desgracia de ser una y otra vez yo mismo. Ese mismo idiota que te busca, ese mismo idiota que se culpa, ese mismo idiota que se vuelve a ilusionar y a pensar que es posible que los sueños de estar con alguien dejarán en un momento de ser la utopía de un espejismo dibujado en el fondo de mis pensamientos.

Idiota. Idiota. Idiota.

Y aquí me tienes, en la penumbra de la soledad que nuevamente me abraza con sus suaves mantos de negrura, mientras mis lagrimas caen a través de las sábanas que una vez vieron tu cuerpo desnudo fundirse con el mio.

Y recuerdo, cada momento, cada detalle, cada palpitación. Y siento que muy dentro mio algo sabe que no estaré otra vez contigo, por más que la mente se engañe tratando de pensar que todo pasará, y que el corazón volverá a reir nuevamente, como lo hizo en el ayer.

Aquí me tienes, tendido sobre los restos secos de la tristeza, recuerdo los planes, y recuerdo los hechos.

martes, 9 de febrero de 2010

Desconfianza


Los latidos suenen una vez más. La entropía de pensar en vos se renueva. ¿Por qué los corazones suelen ser tan desconfiados?.

Hay heridas que no sanan, que ni el tiempo pueden curar. Y ahí está la genesis entrópica del comienzo de mi propia desconfianza, porque no es de vos de quien desconfio, sino de mi. Y no es que no me crea lo suficiente, sino que la soledad me ha invadido un sin fin de veces cada vez que se ha alejado eso que tanto he deseado.

Deseos. Deseos.

Como desearía abrazarte, fuertemente, en este momento. Poder sentir tus labios morir sobre los mios. Morir ahí, en la esperanza de que te tengo y de que te tendré nuevamente al otro día, y sino es posible, al otro. Pero saber que estás conmigo, por más que la presencia física no figure, es saber que no te has ido, que no me borraste de tu mente, que no me ha olvidado tu corazón. Es saber que el fantasma claro de la soledad aún no vuelve (mientras mi corazón espera que siga así).

Y al otro día, si no te veo, volver a luchar para alejar esos pensamientos inverbes que solo complican lo que somos. Lucho por seguir. Porque es claro lo que siento por ti.

Que locura que seamos tan desconfiados, pero hay dolores que nos llevan a ser así. Y, hay Señor, si no han sido muchos. ¡¡¡Pobre humanidad que hemos sufrido tanto!!!. Pero volverán las antiguas esperanzas de continuar creyendo que alguién, en algún lugar, nos espera para no traicionar la confianza depositada, la esperanza entregada, la ilusión vivida.

Pero no es momento de pensar en eso. Sino de pensar en ti, pero con la alegría de saber que aún estás, y que aún mi corazón puede seguir alimentando los sentimientos mas sinceros por ti.

domingo, 31 de enero de 2010

Punto


Es la mañana más rara que puedo tener. Como si toda la entropía hubiese sido tragada por algún punto entrópico del espacio que me envuelve, que llena el vacío que no está lleno por algún sueño, ilusión, esperanza del futuro.

Una entropía que se traga a la misma entropía. Y ahí tratar de salir. ¿Por qué los pensamientos entrópicos no se los puede tragar también ese punto mágico del espacio soñado? Los pensamientos, deberían girar en ese vacío ocupado para ser devorados. Sino, no. (Voces que resuenen en mi cabeza)

Angustia del beso que me diste ayer, y el abrazo fortalecedor de tus brazos mientras el sonar de tus palabras me tranquilizaba. Sí, lágrimas que caían en tu hombro izquierdo. Miedo del mirar ese papel blanco que debo esperar aún un momento más para ver. Miedo de la pérdida.

Papeles que debería llevarse el viento, que deberían ser arrastrados hacia esa nada entrópica que se tragó mi propia entropía externa, mas no así a mis propios pensamientos entrópicos. Papeles que sentencian, que no dan vuelta atrás, que las lágrimas correrán por ellos, pero ahi ya no se si serán de alegría o tristeza.

Puedo escribir mil veces que lo siento, pero el papel dará su última palabra. Si las lágrimas fueran de alegría, no dudaré del poder de Dios. Mas no será así si fueran de tristeza. Sentimientos humanos que fácilmente son comparados con el rencor.

Puedo escribir mil veces lo que siento, pero las palabras se las lleva el viento que absorve todo hacia la entropía del vacío que se proyecta sobre mi.

sábado, 30 de enero de 2010

Luna


Esta es la noche más grande y más pequeña que puedo llegar a tener. Es posible. Porque podría ser nuestro último momento juntos.

La luna me mira, diariamente, pues sí, también está en el día y es hermosa, solo que no sé si tanto como vos. Y en esta noche siento que pueden pasar muchas cosas, porque puede ser la última, o el inicio de miles y miles de noches más.

Nubes se proyectan sobre mi, que entropía que me envuelve nuevamente, y a la vez la utopía de soñar que es posible seguir, que es posible no tropezar, no de la forma que se cruza en mi mente. Ya me he equivocado varias veces y no había aprendido lo suficiente. Ahora sí. Porque está el temor de perderte, y el temor de la soledad regresando con un manto de noche oscura, sin luna.

Sin Luna. ¿Que será de las noches grises donde ni las estrellas brillan? Dicen que no existe ese momento, que las estrellas brillarán con más fuerza cuando la luna no opaque con el reflejo de su luz el brillo propio de las estrellas, que a miles de años luz contemplan con mayor espectativa la obra maestra de Dios.

Dios. Como humano que soy pido por mi. Eres Amor.

Nubes que pasán, y tengo temor. Pero confio en la utopía de las miles de noches más, que sí se da, disipará la entropía que me envuelve, y lentamente caminaré nuevamente mirando la utopía en el horizonte y caminando junto a ti bajo las estrellas que verán cuanto siento por vos. Caminando frente a Dios, que verá como el Amor va más allá de lo biológico humano que nos envuelve.

Caminando. Caminando. Caminando.

martes, 26 de enero de 2010

La conciencia del temor


Temo. Sí, tengo temor. Muchas veces. Viene y va, viene y va.

Te conocí, y me gustó. Me gusta. Pero tengo temor. ¿A qué? A que no sea nada de lo que realmente creo que puede llegar a ser. Y no porque no crea en vos, ya me has demostrado que sos una persona distinta, pero tengo temor a que vuelva el pasado a atormentarme en la conciencia del temor mismo de que la soledad me persigue aún.

La soledad, la soledad. Aprendí con ella, pero...¿Es necesario que siga estando?.

¡¡¡¡¡Hay sentimientos tristes de mi corazón y pensamientos cruzados de mi mente que día a día generan el temor!!!!!

Me encanta estar con vos. Pensarte. Sentirte. Tenerte. Y cuando te alejas, sigo pensando, en que quiero estar con vos.

Pero todo lento, y mejor si es así. Debe ser así. Sin embargo temo la falla, porque a veces uno cae tantas veces, que teme las fallas, que inevitablemente parece ser que vuelven una y otra y otra vez.

Probablemente deba esperar más, tal vez en vos mismo, pues es el tiempo el único que dirá si podré o no estar contigo de otra forma. Ya no fugazmente, en ese estadío que algunos se cansan en llamar "conociendonos"; para pasar a estar con vos, por mucho mas tiempo en lo que se conoce como ese a quien le entregas tu ser, y mirandole a los ojos puedes decirle eso mismo que tanto se desea en esta época jóven, ideal para vivir los verdaderos momentos de lo nuevo del amor.

martes, 19 de enero de 2010

Little Ashes


Viene a mi mente el perjuicio de tu ausencia.

Que soledad de los pueblos chicos que invade mi corazón y satura mi mente en un torbellino de las ideas que te conciben. Como me gustaria no pensar más. Porque en cada pensamiento tengo un deseo, y es el deseo de tenerte entre mis brazos, de sujetarte fuertemente y de reprocharte en parte, el porqué tardaste tanto.

Pero es solo eso, un deseo, porque aún tardas. Y en cada mañana la rutina de un nuevo día me ayuda a despejar, pero ahí estás, siempre, tan deseado, tan anhelado. ¿Quién serás? me pregunto.... Y en esa pregunta no hay respuesta.

Los lugares me cansan, y sí, me cansa este lugar. Lugar que consolida la incertidumbre en una certeza de que no es aquí donde vos estás. Hay soledad de los pueblos chicos que me cansan. Ciudad de los pueblos chicos de donde necesito escapar.

A veces solo el silencio me ayuda a reflexionar de que no hay otra opción que seguir, porque solo siguiendo podré hallarte alguna vez. ¿Y si no existes? Al menos lo habré intentado, habré tratado de combatir la soledad que me invade y vuelve el resto de mis cosas en un sin fin de sentimientos entrópicos que colicionan entre ellos y tratan de reanudarse en la rutina del día que de golpe, se perdió en el pensamiento de tu persona.

Little ashes de mis pensamientos que no son más que eso. Little Ashes. Pero cada una de esas minusculas particulas son un pensamiento en torno a vos, y más al deseo de que llegues.

Ya la soledad me ayuda en la compañia, pero me gustaria se fuera. Me gustaria te de lugar a vos, pero mientras siga la disfruto. Hay si no la disfrutara!!!!! Como de mis ojos saldrían lagrimas que vendrían a ser una por cada pena que he pasado(!!!), cuando crei que habías llegado, pero los demás no eran esa PERSONA que si eres tu.

Los demás, que aún vuelven en un sin fin de pensamientos que tienen siempre las mismas respuestas.

Y aquí me tienes, dedicandote un espacio más en torno a mi vida. Ya dudo de que llegues pronto, más bien me convezco que no estás donde yo estoy. Y quiero escapar de las little ashes de mis pensamientos, que día a día me recuerdan a la busqueda de tu persona. Y quiero escapar del lugar donde me encuentro. Pero aún falta. Sé que lo haré, y me iré lejos, donde el viento sople con más fuerzas llenando de esperanzas el aire que ya en este momento sabe a moho donde me encuentro.

miércoles, 13 de enero de 2010

La Entropia de un caos



El caos se volvió entrópico, o sí, ¡Mierda! ¿Estamos mal no?.

La entropía del caos comienza a invadirme, y siento, siento que ahí es donde debo estar. ¿Será por las cosas que me planteo? Existencia del día a día que me lleva a la entropía del caos.....de ahí, las cosas no pueden estar peor. Y no me refiero a lo externo, a aquello por lo que el mundo capitalista y materialista se preocupa, sino a planteos internos, del "ser y la nada". Existencia absurda que debe tener sentido en algún momento.

El sentido, forjado en nuestro interior, en la conciencia de ser lo que somos y en la conciencia de ser lo que nos formamos en torno a los demás. Los demás. Y ahí en ese de los demás estás vos como una parte importante de la construcción de mi "ser y la nada" que nada tiene que ver con la entropía del caos que hoy me invade, porque al menos estaría las cosas ordenadas.

Pero me planteo aún si vos no serás más de lo que creía. Y sí, es casi lo más probable. Por eso pasan las horas y el sol, que en este momento de desplaza hacia el norte, anuncia que pronto te extingirás, que pronto serás reemplazado(¿?), pero nunca se borrará la marca. La marca del cuerpo, que fue deseada y vivida con alegría, con orgullo, con pasión de los cuerpos bestialmente saturados de deseo.

Y en el recuerdo sobrevive el deseo de repetir lo mismo, y ahí es cuando vuelve el planteo de que quisiera hacerlo pero solo con vos. Por eso la marca nunca se irá. Muchos podrán pasar, pero los recuerdos no son como hojas donde uno puede borrar facilmente el lapiz de tu piel, cuyo aroma es hermoso.

(¿?) Contesto a los signos: NO!!!! No serás reemplazado, porque no hay marcas como las tuyas. Aún así, sé que pronto pasará la melancolía de tu recuerdo, y serás la alegría de haberte tenido entre mis brazos, y el deseo loco de volver a estar contigo una y otra y otra vez.

martes, 12 de enero de 2010

¿Qué sera de una vez......?


¿Qué puedo decir mas que en mi mente se envuelven pensamientos que atraviesan cada espacio, cada momento, cada sintonia del destino que estoy destinado (¿será asi?) a tener? "El tiempo arrasa secuestrando mi pudor", canta Babasonicos en su tema, y mi mente se va por ese largo tunel que representa el ser lo que soy.

Ser lo que soy.

Siento incertidumbre de todo, pero a la vez seguridad en mi camino. Solo que tantos problemas, y ademas de eso, melancolia, melancolia de las cosas que no son, de lo que uno quisiera pero a la vez no puede, de lo que uno sueña pero sabiendo que solo es eso un sueño, de lo que uno hubiera querido hacer pero no pudo por "X" motivo, de lo que desearía con tanta fuerza que tal vez, siguiendo la teoría del caos, una estrella estalla en otra galaxia (¿andromeda tal vez?) no pudiendo soportar tantas ansias de estar ahi y hacer eso.

Hacer lo que no se pudo, pero tal vez ya no se puede. Melancolia nada más.
Melancolia de tu recuerdo, melancolia de tu cuerpo, melancolia de tu voz, etc., etc., etc.

¿Qué logro espiritual estoy destinado a lograr aprendiendo de este estado melancolico que sufro? Quién sabe...¿no?.

Y aqui estoy, mientras la música suena y yo escribo, los minutos pasan y siento aún melancolia de tu ausencia, que es una de las que más "duelen", y melancolia de mi mismo, de mis propias vanas ilusiones. Y no sé si realmente lo digo por vos o porque vos justamente representaste eso que yo venia buscando, o deseando, o soñando, no se bien como definirlo, pero era asi, algo de eso.

Porque en realidad no eres vos, sino lo que representaste vos. Sí!, lo que representaste vos. Eso que yo deseaba soñaba buscaba. Así que no te preocupes porque no hay ilusiones sobre tu persona, sino sobre lo que fuiste en representación de la persona. Persona que no existe, que aún espero, que aún deseo, que aún vivo noche y dia en sueños repetidos.

Persona, persona, que me de un abrazo, que me de un beso, y que de sus labios pueda salir eso que todos deseamos y que nos hace tocar las nubes en el cielo. Que me de lo que espero, pero que no sea solo eso, sino que pueda ser algo que se ha construido entre la persona y yo.

Y aquí estoy, viendo aun tu fotografía, pero tratando de centrar que no eres tu, sino LA PERSONA. ¿Dónde estará?.