viernes, 6 de mayo de 2011

El desliz, la masturbación y la búsqueda


¿Que mierda es esto? Siento que no puedo acercarme a vos sin que me hayas juzgado desde antes de haber tocado la suavidad de tu piel. Que remolino de pensamientos se hundieron en mi cuando me alejaste ante la excitación que tenía por ti. Sí. Me planteaste algo de lo peor. Me desdeñas así.

Sí, que mal. Ahora no se que pensar. La crítica de la rabia por la masturbación y no poder satisfacerme en ti, cuando debería ser así. Y nada. La nada ante el rechazo y la horrible comparación de una hipotética realidad analizada desde un solo caso caso estudiado que fue por casualidad uno que viviste, sin habértelo propuesto por lo que sé. Y ahora el desliz...ese que me lleva a que la masturbación sea mi amiga en esas noches donde no puedo tenerte. Sé que no te gusta. Sí, lo sé, y ante el rechazo de ayer no pude decirle que no...¿que más esperarías?. Y ahhh!!, tu crítica, como si la comparación tuviera algo de valido en una realidad distinta con personas distintas y en situaciones distintas.

A veces me pregunto cuando me vas a entender. Y ayer la crítica destructiva. Sí, me dejo herido, me mostró cual es el concepto que posees de mi. Mientras yo trataba de mejorar eso, otras parejas se fundían en un ritual de amor puro que nosotros perdimos por tu simple rechazo sin fundamento. Y ahora el desliz. Y ese desliz que me obliga a pensar en otra cosa, y que también me hace mal.

Pero me hace aún peor recordar esas palabras que resonaron y me golpearon duro "solo te gusta garchar conmigo", y no comprendiste que no es garchar, es amor; y no comprendiste que los besos que doy (que no te gusta dar porque no te gusta besar) son una prueba de amor; y no comprendiste que las caricias que doy (que tampoco das porque no te gustan) son una demostración diaria de lo que siento por ti; y no comprendiste que el estar con vos es estar con vos, y no que te la pases en una computadora cuando yo estoy presente; y no comprendiste que las cosas que decía, que proponía eran para fortalecer lo que sentíamos, pero nunca las aceptaste.

No has comprendido en casi un año todo lo que he dejado de lado en lo que yo considero una prueba de amor a través de la fusión de los cuerpos, en una acalorada noche de invierno en donde el amor se desliza por las paredes y por las pieles transpiradas de pasión y romanticismo.

No. Aún no has comprendido. ¿Lo harás algún día? Veremos. Pero ya me estoy cansando....

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